Sí, el enemigo es absolutizar, el monoteísmo,
el Partido Único, los
valores absolutos, el
culto al Uno…El caso
es que cuando uno
comienza absolutizar
entra en el camino de
los desvaríos: la Patria, la Revolución, la
Historia, la Verdad, el Partido. En cuanto
comienzan las palabras con mayúsculas,
comienzan los crímenes…lo que uno más detesta:
gregarismo, fanatismo, totalitarismo. Y una
escandalosa falta de gracia.
Por otra parte, la intolerancia no es fácil de
erradicar. La intolerancia habita en el
interior del ser humano, por demócrata que se
declare…Y uno cavila que aquí lo relevante es
que se contrasten las ideas y que el debate
sea permanente…Sólo el permanente ejercicio
del pluralismo puede atajar las patologías de
la racionalidad.
En alguna parte hay que apoyar los pies. La
cuestión es apoyarlos a conciencia de la
exquisita contingencia del suelo. Lo cual
impide ciertos aspavientos. Lo cual hace que
sean indispensables los buenos modales, que
son el arte –formal- de tenerse en pie sin
absolutos.
Salvador Pániker, de “Cuaderno amarillo”.
"El amor es un fenómeno tan primario como el
sexo. Normalmente el sexo es una forma de
expresar el amor. El sexo está justificado, y
sólo en esa medida. Así, el amor no se
entiende como un mero efecto secundario del
sexo, sino que el sexo se considera un medio
para expresar la experiencia de esta fusión
absoluta y definitiva que es el amor." -
Viktor Frankl (1979), El Hombre en Búsqueda de
Sentido; Pág: 134.

"Ninguna percepción es recíproca. La mirada hacia la lluvia no es la lluvia que nos mira. La piel que tocamos casi nunca es la piel que suplica ser tocada. Un sonido no espera ser escuchado. El margen no sabe que es el margen. Hacer equivaler las percepciones es reducir el cuerpo a unos pocos encierros y desplantes. Esto es lo primero que aprende el niño. Y llora. Esto es lo que tan rápido el adulto olvida. Y mata".Carlos Skliar
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