" (...) la Vida imita al Arte mucho más de lo que el Arte imita a la vida. Lo cual proviene no sólo del instinto imitativo de la Vida, sino del hecho de que el fin consciente de la Vida es hallar su expresión, y el Arte le ofrece ciertas formas de belleza para la realización de esa energía. Esta teoría, inédita hasta ahora, es extraordinariamente fecunda y arroja una luz enteramente nueva sobre la historia del Arte.
De todo ello deducimos, a modo de corolario, que también la Naturaleza exterior imita al Arte. Los únicos efectos que puede mostrarnos son los que habíamos encontrado ya en la pintura y la poesía. Este es el encanto de la Naturaleza y asimismo la explicación de su debilidad. (...) "
Cortesía : Daniel Wainziger
Cortesía : Daniel Wainziger
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