Amo apasionadamente: no sé si puedo ser amado como yo
quisiera serlo, pero no desespero; sé al menos que se tiene mucha simpatía
hacia mí; debo y quiero merecer el amor de aquella a quien amo, amándola
religiosamente, es decir, activamente; ella está sometida a la más terrible y a
la más infame esclavitud y debo libertarla combatiendo a sus opresores y
encendiendo en su corazón el sentimiento de su propia dignidad, suscitando en
ella el amor y la necesidad de la libertad, los instintos de la rebeldía y de
la independencia, recordándole el sentimiento de su fuerza y de sus derechos.
Mijail Bakunin.
Francesco Ciusa, Vibrazioni di violino, 1920-23
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