viernes, 3 de febrero de 2012

Tolerancia y Respeto


Diferencia entre tolerancia y respeto por el maestro Estanislao Zuleta...



Kant, que para su época y para la nuestra fue un gran
maestro de la democracia, no amaba en absoluto el concepto de tolerancia; le parecía que era muy pretensioso porque parecía implicar la idea de que era inevitable tolerar las opiniones de otros, pero sobre la base de la convicción inmodificable de que "yo sé que tengo la razón". El concepto de tolerancia no le parecía especialmente fuerte ni adecuado para hablar de democracia; ésta, por el contrario, consiste en sentir alegría por las diferencias que puedan existir entre nosotros, en la certeza de que los conflictos son inevitables, y de que, a pesar de que no nos van a conducir a unanimidad alguna, nos van a enriquecer. 

En tercer lugar la democracia implica igualmente la exigenciadel respeto. Respeto no quiere decir lo que cierta ideologíaliberal imagina: dejar que todo el mundo piense lo que le vengaen gana y hacer uno lo propio. Este tipo de respeto con-duce a un mosaico de microdogmatismos, en el que cada cual tiene su punto de vista y respeta el ajeno con tal de que no se metan con el suyo. Así ocurre en ciertas fastidiosas conversaciones de café en que hay tres personas con ideas distintas y fijas y toleran que uno hable de su manía, cualquiera que sea, con tal de que después se calle y deje hablar al otro de la suya, y después al otro, que oye bostezando. Allí, por consiguiente, no hay ningún diálogo: hay tres monólogos.

Respeto significa, en cambio, tomar en serio el pensamiento
del otro: discutir, debatir con él sin agredirlo, sin violentarlo, sin
ofenderlo, sin intimidarlo, sin desacreditar su punto de vista, sin
aprovechar los errores que cometa o los malos ejemplos que
presente, tratando de saber qué grado de verdad tiene; pero al mismo tiempo significa defender el pensamiento propio sin caer en el pequeño pacto de respeto de nuestras diferencias. Muy a menudo creemos que discutir no es respeto; muy por el contrario, el verdadero respeto exige que nuestro punto de vista, sea equivocado total o parcialmente, sea puesto en relación con el punto de vista del otro a través de la discusión. 

Esta idea es tan antigua que ya está enunciada por Platón en la Carta séptima a los amigos de Dión de Siracusa.
En tercer lugar la democracia implica igualmente la exigencia
del respeto. Respeto no quiere decir lo que cierta ideologíaliberal imagina: dejar que todo el mundo piense lo que le vengaen gana y hacer uno lo propio. Este tipo de respeto con-duce a un mosaico de microdogmatismos, en el que cada cual tiene su punto de vista y respeta el ajeno con tal de que no se metan con el suyo. Así ocurre en ciertas fastidiosas conversaciones de café en que hay tres personas con ideas distintas y fijas y toleran que uno hable de su manía, cualquiera que sea, con tal de que después se calle y deje hablar al otro de la suya, y después al otro, que oye bostezando. Allí, por consiguiente, no hay ningún diálogo: hay tres monólogos.
Respeto significa, en cambio, tomar en serio el pensamientodel otro: discutir, debatir con él sin agredirlo, sin violentarlo, sinofenderlo, sin intimidarlo, sin desacreditar su punto de vista, sinaprovechar los errores que cometa o los malos ejemplos quepresente, tratando de saber qué grado de verdad tiene; pero al mismo tiempo significa defender el pensamiento propio sin caer en el pequeño pacto de respeto de nuestras diferencias. Muy a menudo creemos que discutir no es respeto; muy por el contrario, el verdadero respeto exige que nuestro punto de vista, sea equivocado total o parcialmente, sea puesto en relación con el punto de vista del otro a través de la discusión. 
Esta idea es tan antigua que ya está enunciada por Platón en la Carta séptima a los amigos de Dión de Siracusa.

Noche y Niebla







Registro historico


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RACISMO  DOCUMENTAL BBC



















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¿NOS LIBERARON? ¿DE QUE, DE QUIEN?

Fray Bartolomé de Las Casas

Defensor de los Indios y de los negros su práctica pastoral con los españoles y con los indios fue verdaderamente radical, aunque su intención fuera en favor tanto de unos como de otros. Así recomendaba el Obispo de Chiapas a los dominicos que llegaban a su diócesis antes de desembarcar en Campeche:
"En cierto sentido este doliente, la república indiana, es herida y maltratada por el demonio con la idolatría de los naturales y la codicia y tiranía de los españoles. Vuestras Paternidades son sus médicos y vienen a curarla: el aceite, la blandura, el amor, la compasión las lágrimas y quebrantamientos de corazón ténganlo para los naturales, para estos miserables indios, escandalizados sujetos y cautivos con injusticia. El rigor, el escocimiento, la entereza y constancia cristiana guárdenla para los españoles para hacerles restituir lo mal llevado, para que cesen en no hacer mal y procuren obrar bien; y de esta suerte serán médicos y prójimos de esta república que se compone de estos dos géneros de gente, procurando por diferentes modos la salvación de los unos y de los otros."