miércoles, 26 de noviembre de 2014

Shulamith Firestone, Fragmento - La dialéctica del sexo, 1973

“(...) los ideales -por definición- siempre se ajustan a cualidades poco frecuentes (…) Si el ideal fuera alcanzable, ¿qué mérito habría de él? (...) Por todos los rincones encontramos mujeres esforzándose por embutirse en el zapatito de cristal, torturando y mutilando sus cuerpos con dietas y programas de belleza, vestidos y maquillaje, todo para convertirse en la muchacha soñada por un príncipe de mala muerte” (pp. 191-192)
“Toda mujer es informada constantemente y explicitamente de cómo “mejorar” lo que la naturaleza le concedió, dónde comprar los productos necesarios al efecto y cómo contabilizar las calorías que jamás debió haber ingerido” (p. 194)
Shulamith Firestone, La dialéctica del sexo, 1973.



martes, 11 de noviembre de 2014

Rompamos con el Maltrato hacia la mujer


"En 1997, sesenta millones de mujeres murieron, a causa de la violencia de género. Una década después, el problema, lejos de solventarse se ha instalado en la sociedad y aunque la legislación, el sistema judicial y las fuerzas de seguridad han aunado esfuerzos, el número de mujeres asesinadas a manos de sus parejas, continúa creciendo en estos últimos años. En 2007 fueron setenta y una (España)".Documetal "O mía...O de nadie"



Rompamos con el Maltrato












Marguerite Yourcenar -El yugo-



Las mujeres de mi país llevan sobre los hombros un yugo;
Su corazón pesado y lento oscila entre esos dos polos;
A cada paso, dos grandes baldes de leche chocan
Uno con otro contra sus rodillas;
El alma materna de las vacas, la espuma del pasto masticado,
Brotan en olas nauseosas dulces.
Soy igual que la sirvienta de la granja;
A lo largo del dolor me avanzo de un paso firme;
El balde del lado izquierdo está lleno de sangre;
Puedes beber y saciarte de ese pujante jugo.
El balde del lado derecho está lleno de hielo;
Puedes inclinarte y contemplar tu rostro laso.
Así voy entre mi destino y mi suerte,
Entre mi sangre caliente y líquida y mi amor límpido muerto.
Y cuando esté segura que ni espejo ni bebida
Pueden ya distraer o sosegar tu corazón salvaje,
No quebraré el espejo resignado,
No volcaré el balde donde sangró toda mi vida.
Iré llevando mi balde de sangre en la noche negra
Allí donde están los muertos que en él a beber vendrán.
Iré donde están las olas con mi balde de hielo;
El breve gemido de la orilla será menos dulce que mi llanto;
Un rostro pálido grande se asomará a la duna
Y ese espejo, que ya no quieres, reflejará la faz calma de la luna.