lunes, 20 de abril de 2015

Se arranca los ojos para no tener cáncer de ojos. O las tetas, para no tener cáncer de mama


El autor arremete contra quienes pretenden poner como ejemplo actuaciones de personas ‘célebres’ que, para acabar con un posible cáncer, se han llegado a extirpar ambas mamas, en una actuación que ni responde a criterios científicos ni ofrece mejores resultados que una actuación menos agresiva.
Muerto el perro se acabó la rabia
Si se acaba con la causa se eliminan sus efectos. Esta es la idea que subyace en el refrán citado, pues es bien cierto que si se mata al perro rabioso se acaba con la posibilidad de que contagie la rabia con su saliva y sus mordeduras.
Cabe preguntarse, no obstante, si la mejor solución a los problemas es la solución brutal y radical. En este sentido se utiliza muchas veces la expresión “muerto el perro se acabó la rabia” cuando la solución es excesiva, o una falsa solución.
En España hemos tenido en 2014 un buen ejemplo de este celo excesivo, precisamente con un perro. Se trata de la muerte “preventiva” de Excalibur, el perro de Teresa Romero, la auxiliar de clínica contagiada con el virus del Ébola. Se mató al animal sin ninguna necesidad, por prepotencia, con la justificación del ejercicio abusivo del principio de precaución  http://elpais.com/elpais/2014/10/07/ciencia/1412701500_432789.html
Muerto Excalibur no se acabó con la incompetencia del PP
Con la muerte de Excalibur se pretendió dar una imagen de firmeza y buen hacer, de capacidad de ejercer la autoridad (en forma excesiva e innecesaria por los mismos (ir)responsables del contagio de Teresa Romero). Quien no había sabido organizar la atención clínica para evitar el contagio humano pretendió demostrar su compromiso con la salud mediante la muerte del perro. No pensó que tal brutalidad irracional remachaba la percepción pública de su incapacidad. Fue un acto gratuito y la demostración palpable de su falta de formación científica y de su carencia de sensibilidad política y social. Los cobardes suelen actuar siempre así: tras su infamia dejan un rastro de abusos con los débiles como si con ello compensaran su falta de gallardía en la situación que lo requería.
En 2005, se analizaron seis ensayos clínicos…  y se concluyó de nuevo que la cirugía conservadora lograba el mismo efecto en mortalidad que la cirugía radical
Excalibur no debió morir, y el PP no debería seguir gobernando la Comunidad de Madrid, pues su actuación en salud pública fue y es más que deficiente. Sus actos fueron y son peligrosos para la sociedad y para la salud de los madrileños y de sus mascotas. Venden su alma al diablo, hiperactúan y buscan sólo la rentabilidad electoral en medio de la ciénaga de corrupción asociada a Esperanza Aguirre (a la que ahora proponen para la alcaldía de Madrid). Les da lo mismo cambiar el nombre a la línea 2 de Metro (ha pasado a ser Sol-Vodafone como si todo se pudiera vender) que matar a Excalibur, que privatizar la sanidad, o que eliminar la capacidad del hospital de infecciosos, el Carlos III (transformado imprudentemente en un hospital para pacientes crónicos).
El PP de Madrid mata el perro y cree que se elimina el Ébola. Emplean una falsa solución cuya espectacularidad creen que cubre sus espaldas. No es extraño que su portavoz de sanidad, Eduardo Raboso, vaya en el lugar 71 de la lista para las elecciones del 24 de mayo a la Comunidad de Madrid (de un total de 76). Ese lugar expresa bien lo que piensa el PP de la salud de los madrileños y su cobardía ante los poderosos intereses de la privatización de un sistema público que funciona a pesar de su incompetencia.
La mastectomía radical en el cáncer de mama, un exceso innecesario y cruel

Con las mujeres hay un abuso médico que llega al encarnizamiento, un ensañamiento preventivo, diagnóstico y terapéutico que las convierte en combustible del sistema sanitario, especialmente en el campo de la ginecología. Es una irracionalidad sin fundamento científico, una actividad constante e innecesaria contra las mujeres que las daña sin aportar beneficios

Ante el cáncer de mama, el pavor de la mujer da alas al encarnizamiento de forma que ha sido frecuente la mastectomía radical
Buen ejemplo es el arrancamiento de las tetas sin necesidad en el caso del cáncer de mama. Ante el cáncer de mama, el pavor de la mujer da alas al encarnizamiento de forma que ha sido frecuente la mastectomía radical, el arrancar en su totalidad la mama afectada por el cáncer. Es un poco el matar al perro en el sentido de respuesta excesiva e innecesaria.

Costó veinte años lograr cambiar este encarnizamiento con la mujer. En un estudio clásico, publicado en 2002, se demostró sin lugar a dudas que bastaba una cirugía conservadora y parcial para el tratamiento del cáncer de mama. Es decir, se tardó casi un cuarto de siglo en demostrar sin dudas que valía la pena conservar la mama, que el respeto a la autoestima de la mujer se acompañaba de la misma mortalidad que la brutalidad de la mastectomía radical, de la mutilación innecesaria en una área anatómica de especial importancia para la mujer. Los resultados preliminares fueron siempre iguales, publicados en 1977 y 1991, como se comenta en el artículo final


En un trabajo posterior, publicado en 2005, se analizaron seis ensayos clínicos sobre la misma cuestión y se concluyó de nuevo que la cirugía conservadora lograba el mismo efecto en mortalidad que la cirugía radical

¿Cuántas mujeres lectoras de este texto mío han sido sometidas a una mastectomía radical brutal sin necesidad? ¿Cuántas madres, tías, hermanas y otras mujeres familiares y amigas de las lectoras de este texto mío han sido mutiladas en lo más íntimo de su autoestima sin necesidad?
Frecuentemente, arrancan las tetas a lo bruto, sin necesidad, por puro ensañamiento contra la mujer.
¿No quieres una mastectomía radical? Pues que sean dos
El miedo cerval que inyectan algunos ginecólogos convierte a la mujer en víctima propiciatoria para el encarnizamiento. Así, ante el cáncer en una mama le ofrecen la doble mastectomía radical, la mastectomía bilateral. Se convence a la mujer de que una mama se extirpa por terapéutica y la otra por prevención.
¿Qué habrá hecho la mama izquierda para ser extirpada porque la mama derecha tenga un cáncer? Nada; pero el celo preventivo de algunos ginecólogos no para mientes ni se apiada de la mujer. Hay que extirpar porque hay que extirpar, por crueldad, por ensañamiento y por encarnizamiento (y por la pasta, todo hay que decirlo). La pobre mujer cree que es por su bien.

Como casi siempre, estos excesos son más frecuentes en la clase alta y en lo privado, como ha demostrado un estudio publicado en 2014, con datos de California (Estados Unidos). Allí, la moda de la mastectomía bilateral ha crecido el 14% anual, sin lograr impacto en la mortalidad


Incidentalmente, en dicho estudio se demostró el aumento de la mortalidad en las mujeres sometidas a mastectomía radical, comparada con la mastectomía conservadora. En 2015 se estudió esta cuestión en Alberta (Canadá), con un sistema público de cobertura universal, y los datos confirmaron la mayor mortalidad con la mastectomía radical

“Matar al perro” (extirpar toda la mama, la mastectomía radical) puede producir peor resultado que dejar que viva (extirpar sólo una parte de la mama, la cirugía conservadora).

La mastectomía profiláctica contralateral no es una opción prudente


Las mujeres aceptan tal propuesta porque malinterpretan el riesgo y creen que así alargan su perspectiva de vida


Las mujeres sobreestiman el riesgo futuro y aceptan el daño presente

El ejemplo arrastra
 En Estados Unidos, la moda de la mastectomía bilateral ha crecido el 14% anual, sin lograr impacto en la mortalidad
Por si fuera poco, las mujeres “célebres” se sacrifican en el altar de la prevención y se arrancan tetas y ovarios, y si llegara el caso los propios ojos. Todo con tal de evitar la muerte por cáncer.

Ejemplo irracional fue el de Angelina Jolie pidiendo que se hiciera la prueba de determinación de las mutaciones de genes BRCA 1 y 2 a todas las mujeres, y sometiéndose ella misma primero a una mastectomía bilateral radical preventiva, y posteriormente a una ovarectomía bilateral radical preventiva. Su decisión es de valor incierto desde el punto de vista científico, pues faltan ensayos clínicos que la justifiquen, pero se puede entender su miedo personal cerval. Lo malo es cuando se promueve la popularización de estas medidas excesivas


Al festival mutilador se ha sumando Rita Wilson, actriz y productora de cine casada con Tom Hanks, quien se ha sometido a una mastectomía bilateral radical por no padecer cáncer de mama sino un “carcinoma lobulillar in situ” (que no es un cáncer propiamente dicho)

Es decir, Rita Wilson se ha extirpado las dos mamas, una como tratamiento y en castigo por tener un carcinoma lobulillar in situ, y la otra porque sí, por prevenir. Asombra que tal mutilación se difunda como ejemplar.
¡Pobres mujeres, con sus tetas a cuestas hasta que se las extirpa a lo bruto el primer carnicero que pasa por allí (en nombre de la prevención)!

Juan Gérvas

Médico general jubilado, Equipo CESCA (Madrid, España)jjgervas@gmail.com; mpf1945@gmail.com; www.equipocesca.org;@JuanGrvas

lunes, 6 de abril de 2015

Amo o que Vejo

Amo o que vejo porque deixarei 
   Qualquer dia de o ver. 
   Amo-o também porque é. 

No plácido intervalo em que me sinto, 
   Do amar, mais que ser, 
   Amo o haver tudo e a mim. 

Melhor me não dariam, se voltassem, 
   Os primitivos deuses, 
   Que também, nada sabem. 

Ricardo Reis, in "Odes" (Inédito) 
Heterónimo de Fernando Pessoa