Se detuvo ante él y al preguntarle por el motivo de su pena, el árabe le respondió:
—Vi las riquezas que otorgaste a los otros pueblos, los bellos paisajes que creaste para ellos, en cambio a mí y a mi pueblo solo nos has dejado las arenas del desierto.
—No llores más, porque voy a hacerte un regalo como jamás habría soñado poseer ningún otro pueblo.
Y tomando con la mano derecha al viento del sur que soplaba cálido en aquel momento, dijo:
Y añadió:
—Te doy: La mirada penetrante del águila, el coraje y la fuerza del león y la velocidad y la independencia de la pantera. Del elefante tendrás la memoria, del tigre la resistencia y el sigilo, de la gacela tomarás la elegancia ágil de sus movimientos. Tus cascos tendrán la dureza y flexibilidad que te otorga la magia oculta en el cuerno del rinoceronte y bajo tu pelo dormirán el calor y la suavidad de las plumas de una paloma. Saltarás más alto que el gamo, más lejos que la liebre y más veloz que el guepardo. El instinto del lobo vivirá en tu corazón y te guiará para proteger a tu familia. Serán tuyos los ojos del búho por la noche, orientándote sobre la tierra como lo hace el halcón sobre los cielos, para que siempre recuerdes el camino a casa. Incansable en la escasez como el camello, resistente en el trabajo como la alpaca y leal y fiel a los que amas como el perro, con el que compartirás el amor al hombre. Te doy el color del fuego del vientre de las hormigas y deposito en el pelo que pende sobre tus ojos la certeza de la felicidad de una vida apacible. Serás veloz e incansable tanto en la lucha como en la huida. Transportarás riquezas sobre tu dorso y traerás la fortuna con tu mediación a quien aprenda amarte y te respete en tu grandeza.
—Y finalmente caballo, como un regalo mío al hacerte caballo, te entrego para que seas único en tu majestuosidad: La belleza infinita del océano y la majestad del sol.
Tomando un puñado de viento sopló creando al primer caballo y mientras se maravillaba susurró en sus oídos:
—La virtud inundará tu alma y vivirá entre el pelo de tus crines, la ventura caminará sobre tu grupa a cada paso en tu camino. Serás mi preferido entre todos los animales porque te he hecho soberano de ti mismo y amigo incondicional. Te he conferido el poder de volar sin alas, así pues, ve, caballo y vive en el desierto cuarenta días y cuarenta noches... sacrifícate porque una vida dura te espera, aprende a resistir la tentación del agua, broncea el color de tu cuerpo y aligera tus músculos de grasa y nunca olvides, caballo...
Que eres del viento... y viento debes ser en la carrera.
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